lunes, 30 de abril de 2007

Rechazan indemnizarla porque se le rompió un preservativo

Una mujer interpuso una demanda contra una empresa líder en la fabricación de profilácticos debido a la fuerte depresión que sufrió ante el temor de haberse contagiado de sida cuando mientras mantenía una relación sexual se le rompió el preservativo. Sin embargo, la Justicia ha rechazado su petición argumentando que no se puede probar que la angustia fuera originada por el accidental suceso.
La demanda perseguía el resarcimiento económico por el daño ("incapacidad" y "daño moral") que la mujer manifestó padecer como consecuencia de la ruptura del condón fabricado por la empresa Cidal S.A. En la demanda se expresaba que tal padecer se originó ante la posibilidad de contraer HIV, puesto que su pareja -en el momento de producirse el hecho- le transmitió su temor de hallarse infectado al poseer ciertos síntomas que podrían deberse a la presencia de tal enfermedad.
En la causa han intervenido dos peritos oficiales, quienes en virtud de la dificultad en la que se vieron inmersos para efectuar una prueba de laboratorio de los elementos aportados expresaron la "imposibilidad de establecer un dictamen satisfactorio para dar respuestas propicias" a la cuestión. Uno de los peritos expresaba que la mujer "no es portadora del virus de inmunodeficiencia adqurida, y que ante la posibilidad del contagio de sida pudo haber recibido un impacto de repercusión en el orden psíquico, sufriendo un síndrome postconmocional". Pero a su vez apostilla que "este perito encuentra alejado del hecho una paciente con una neurosis leve, sobre una personalidad de rasgos depresivos, previa al incidente". "Hay antecedentes familiares psiquiátricos ya enunciados", sostiene el perito. Por esa razón, la Cámara apunta que "de ello se deduce que no puede establecerse con certeza la presencia de una adecuada relación causal entre la sintomatología de la actora y el hecho al que la misma asigna el origen de su sentir".
De todas maneras, la Justicia ha denegado la petición de "temeridad y malicia" efectuado por la empresa demandada, puesto que "frente al temor de verse infectada de sida es fácil comprender que la actora sufriera una gran conmoción con la situación vivida".

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