domingo, 15 de noviembre de 2009

Los riesgos médicos de buscar la vagina perfecta

Denominada labioplastia o vaginoplastia, el número de féminas que deciden someterse a una cirugía estética vaginal es cada vez más alto. La popularidad de la intervención crece exponencialmente mientras que la información al respecto es todavía muy escasa.
La cirugía plástica vaginal tiene como objetivo mejorar la apariencia del órgano sexual, y la intervención más demandada es la reducción del tejido de los labios vaginales, que cuesta unos 3.300 euros.
Los motivos que impulsan a someterse a una operación de este tipo son, fundamentalmente, de naturaleza física y psicológica. Insatisfacción por el aspecto de la vagina, baja autoestima y dificultades sexuales, se cuentan entre los principales problemas.
Sin embargo, expertos apuntan a que es muy probable que la raíz de tales incomodidades sea de tipo psicológico; y, cuestionando su fundamento ético, aseguran que estas inseguridades y ansiedades "son causadas por la presión social y la publicidad".
Y es que el remedio podría ser peor que la enfermedad puesto que esta operación puede aumentar considerablemente los problemas sexuales; ya que podrían dañarse los nervios de la zona vaginal, afectando así a la sensibilidad y la satisfacción sexual. También podrían presentarse posteriores complicaciones en un parto, como hemorragias o desgarros.
De todas maneras, bajo la mano de un cirujano cualificado, estas intervenciones no deberían pasar en condiciones normales de ser un procedimiento menor, con pocos riesgos. Es una operación que se viene realizando desde los años 70. Cualquier intervención mal efectuada acarrea riesgos, pero si se hace adecuadamente no tiene por qué, pero siempre será conveniente informarse bien y conocer todos los datos consultando a un buen especialista antes de someterse a ella.

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