Nacido en Maastrich en el año 1969, Ed Houben es el donante de esperma más prolífico de toda Europa. En diez años que lleva haciéndolo, ha engendrado a 63 vástagos. Al principio donaba en un banco de esperma de su ciudad y ahora, cuando ya ha alcanzado el límite legal permitido en su país, lo ofrece gratuitamente a través de la red. Las donaciones las suele efectuar en su modesto piso en las afueras de la capital holandesa.
"Antes, me desplazaba y mis colegas me suplían si llegaba tarde al trabajo, en una oficina de turismo de Maastricht. Pero ahora tengo que pasar mucho más tiempo frente al público. Por eso, pido a las interesadas que vengan a verme", dice. De esta peculiar manera, Houben ha inseminado a mujeres procedentes de Australia, Israel, Canadá, Chipre, Alemania, Luxemburgo y Holanda. Y así hasta 63 veces (el último de ellos viene de camino y culminará esa cifra). Eso le ha valido ser apodado el donante de esperma más prolífico de Europa.
Lleva muy en serio su recuento de producción espermática, hasta el punto de que en su mesa hay un análisis reciente de volumen, pH, movilidad... Además, toma ácido fólico y aceite de pescado para reforzarlo. Y como en Europa es ilegal vender esperma propio, se trata, pues, de un acto vocacional.
Houben empezó en 1999, tras ser testigo de los diversos e infructuosos tratamientos de fertilidad de un matrimonio amigo. Ni que decir tiene que la idea tuvo éxito y el niño fruto de ello celebró ya numerosos cumpleaños.
No puede garantizar que dos niños nacidos de él no se vayan a conocer en el futuro y vayan a tener hijos sin saber que son medio hermanos, pero tiene los nombres de casi toda la gente a la que ha ayudado y cualquiera tiene la posibilidad de comprobarlo. Es más, no hace mucho Houben reunió en su hogar a veinte niños que él ha ayudado a engendrar. "Antes de convertirme en donante, la primera imagen que me venía a la cabeza era la de un viejo con una gabardina. Mi deseo es que ese tópico desaparezca", asegura Houben.
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