A algunos les ha dado por pensar que la gente que tiene relaciones sexuales cibernéticas es una depravada que, en realidad, tiene problemas sexuales y por ello recurre al mundo virtual. Sin embargo, los expertos afirman lo contrario. Un estudio realizado por el profesor Juan Carlos Sierra, de la Universidad de Granada (España), demuestra que el cibersexo es síntoma de tener mucha fantasía sexual. Y la fantasía ayuda a potenciar el deseo y tener una actitud positiva hacia el sexo. Aunque, en realidad, el hecho de sentir deseo sexual estimula la fantasía, con lo cual, no se sabe muy bien qué provoca qué, el caso es que se retroalimentan.
La investigación, por otro lado, ha concluido que la ansiedad inhibe el deseo sexual en ambos sexos. Sin embargo, la lívido va por su cuenta. Tener una lívido muy alta no significa tener una actitud positiva hacia las relaciones sexuales. Los tabúes, las experiencias negativas, la educación, etc. pueden hacer sentir culpables a estas personas por su comportamiento sexual “insaciable”. Entonces, la fantasía puede acabar en frustración, enfado e incluso desembocar en el aborrecimiento de uno mismo. Todo por tener metido en la cabeza que no deberían estar tan “obsesionados” por el sexo. Porque al final, todo lo que tenemos en nuestra cabeza se manifiesta en nuestras actitudes.
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