Jane Coloccia, una estadounidense que asegura ser toda una experta en citas en línea, ha escrito un libro bajo el largo título: 'Confessions of an Online Dating Addict: A True Account of Dating and Relating in the Internet Age' en el que aconseja, entre otras muchas cosas, mantenerse alejada de las páginas gratuitas, donde abundan los hombres casados y los que sólo buscan sexo. Así, explica la autora, que los hombres casados tienden a no poner una foto suya, no dan su teléfono móvil y suelen utilizar la mensajería instantánea en horas nocturnas.
Jane tenía 45 años, vivía en Manhattan (EE.UU.) y tenía problemas para conocer a hombres solteros y heterosexuales, cuando una de sus amigas conoció a uno por la Red y se casó con él; decidió entonces buscar también ella a su alma gemela en internet, no tenía ni idea de que ocho años y 200 citas más tarde, se habría convertido en una experta en el asunto, escribiría este libro y formaría un curso para enseñar sobre las trampas del amor virtual.
Durante sus aciagos años de búsqueda se vio inundada por correos electrónicos y mensajes instantáneos de hombres atentos. Algunos que le decían que era muy hermosa, otros que mentían sobre su edad, peso, pelo o estado civil, y uno que hasta se convirtió en su terapeuta. "Iba a tres o cuatro citas por semana. Un domingo tuve tres citas -desayuno, comida y cena-", recuerda.
Algunas recomendaciones suyas son hacer muchas preguntas a la otra persona antes, leer bien su perfil y tener tus primeras citas tomando un café -reservando las cenas para cuando se haya comprobado que el hombre es de tu agrado-. (También conviene fijar límites geográficos.) "Descubre por qué está ahí la gente. La gente se cita en la Red por muchas razones: algunos se sienten solos, otros sólo quieren hablar por mensajería instantánea y nunca conocerse, algunos quieren amistad, matrimonio o sólo sexo," explica.
Jane lleva año y medio con su novio Víctor, al que conoció, obviamente, por la Red y afirma que buscar pareja en línea ya no está mal visto, aunque puede convertirse en una adicción. "Puede ponerse muy seductor y es bonito abrir un correo electrónico y que alguien te diga que eres bella y que quieren conocerte pero no es una experiencia real a menos que estés preparada para salir de detrás de la pantalla de tu ordenador y vayas a vivirla".