martes, 6 de febrero de 2007

Se comprueba que las suegras son causa de divorcio

Están siempre ahí y opinan de todo... y de todos. Así se las describe, según el imaginario popular. Pero ahora hay un claro aval jurídico para decir que son "rompe matrimonios". En Italia, los jueces del Tribunal de la Rota Romana, una de las instituciones eclesiásticas de la Iglesia que se ocupa de las causas matrimoniales, ya han sentado precedente con un caso de "suegras". El mencionado tribunal ya ha sentenciado que la excesiva dependencia de un cónyuge con su madre puede ser motivo para conceder la nulidad de un vínculo matrimonial.
Es que frases como "la comida de mi madre es más rica", "dice mi madre que deberíamos ir de vacaciones a la playa" o "mamá quiere que vayamos a almorzar con ella", son comentarios comunes entre muchos matrimonios, tanto que hasta llegan a romper la paciencia del cónyuge. La figura de la suegra que siempre opina, se mete y hasta llega a dar órdenes con actitud dominante, no sólo causa infinitas discusiones matrimoniales sino que hasta puede ser causa de nulidad del matrimonio.
Entre los 1.679 casos que ingresan al Tribunal de la Rota, se encuentran los de varios cónyuges que denunciaban estar siendo afectados por la madre de su marido o mujer. Las autoridades eclesiásticas no han tenido otra opción que conceder la nulidad matrimonial a aquellos que demostraban tener una excesiva subordinación hacia su madre, a veces de tal magnitud que el malestar es tan insoportable que llevan a pedir la desvinculación de quien se creyó, alguna vez, iba a ser el amor para toda la vida. Por esta razón, se considera a los cónyuges con estas características "incapaces de asumir obligaciones esenciales que requiere la unión matrimonial" por mostrarse sumamente dependientes de las acciones y dichos de sus madres.
La licenciada Beatríz Golberg, autora del libro Suegras: Técnicas y estrategias para la supervivencia, asegura que una de las causas de las separaciones tiene que ver con las influencias de las suegras en los matrimonios. Basándose en su experiencia, la psicóloga dice que "siempre escuchas que la suegra es un problema". La experta aconseja que las parejas no discutan frente a las madres, ya que "es una manera de involucrarla y darle espacio para que opine". "Hay hijos que tienen que internalizar y elaborar la relación con sus madres, para que los ayuden a resolver su complejo de Edipo". Otro gran problema que la psicóloga advierte es "la culpa que generan las madres y que no ayuda" a que los hijos puedan independizarse de ellas. Goldberg propone aprender a "poner límites a las suegras", tal como se hace con los niños.

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