Ni las tradicionales flores, ni cajas de bombones, ni osos de peluche. Tampoco nada con forma de corazón ni de color rojo. Este San Valentín, los hombres de Manchester, en el Reino Unido, podrán regalarse a sí mismos y, por supuesto a sus parejas, pastillas de Viagra sin necesidad de receta médica.
Tres sucursales de la principal cadena británica de farmacias, Boots, venderán con motivo del día de San Valentín, que coincide con el Día Nacional de la Impotencia, las famosas pastillas azules. Esta iniciativa forma parte de un ensayo piloto que, si tiene éxito, se extenderá por el resto del país.
Los hombres que quieran conseguir este día las pastillas de Viagra, el fármaco contra la impotencia de Pfizer, sólo tienen que acercarse a las farmacias, contarle su historial médico al farmacéutico y someterse a unas sencillas pruebas, que consisten en medir sus niveles de colesterol y de glucosa y la presión sanguínea. Si todo es correcto, pueden adquirir una caja con cuatro pastillas por unas 50 libras (unos 75 euros).
El proyecto se dirige a los varones entre 30 y 65 años, que sólo podrán comprar la viagra una vez. Si quieren más pastillas, tendrán que acudir al médico para que les haga una receta.
Según la cadena farmacéutica Boots, sólo un 10% de los tres millones de hombres británicos con problemas de impotencia están siendo tratados, por lo que la oferta de viagra sin receta médica puede ayudarlos.
La viagra relaja los vasos sanguíneos y aumenta el flujo de sangre que llega al pene, lo que ayuda a los hombres a conseguir la erección. Su acción se extiende por unas cuatro horas. Se calcula que 27 millones de varones en el mundo consumen este fármaco, cuyo competidor es Cialis, fabricado por la farmacéutica Eli Lilly.
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